Después de Una cuenta atrás continué trabajando con conceptos como presión y explosión, y cómo estos términos han afectado a las imágenes, y ante todo, el cómo se construyen ciertas imágenes. A su vez ha sido un proceso centrado en lo material, como la madera, el cemento o el cristal.

 

Su interior está realizado en papel secante de gran gramaje, la tinta que se ha utilizado es permanente, la que se suele usar de manera industrial en rotuladores para marcar elementos plásticos. El contenido está hecho a base de presión, con gofrados de elementos que han sido necesarios en el desarrollo de la fotografía: carretes de 35 mm, pendrives, , disquetes, CDs, smartphones, discos duros, fotografías polaroid e incluso diapositivas.

Las diapositivas usadas son de Una cuenta atrás, las cuales se fueron quemando por el calor producido por la larga exposición de los proyectores en la sala. Los textos que se encuentran en el interior del libro son términos encontrados en enciclopedias relacionados al buscar la palabra «explosión».

 

Cada página, cada elemento impreso o marcado, trata de evocar una memoria en tensión, una huella del pasado que está a punto de desvanecerse, pero que queda grabada en el papel. Así, Barós se convierte en una extensión tangible del proyecto original, un testimonio de cómo las imágenes, al igual que los recuerdos, pueden ser frágiles, pero con la presión adecuada no desaparecen.

 

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Se denomina bar a una unidad de presión equivalente a un millón de barias, aproximadamente igual a una atmósfera (1 atm). Su símbolo es bar. La palabra bar tiene su origen en báros, que en griego significa «peso, carga, mole o gravedad».